The Church invites us to consider
how important it is for all Christians to be aware that they need to know
Christ more and more. Which tools can we rely upon for this? Many! A pondered and
attentive reading of the Gospel; our personal involvement when praying, by
trying hard to make our prayers become a true dialogue of love, not a mere
introspective monologue, and the daily renewed effort to discover Christ in our
fellow men: our relatives, our friends, a neighbor perhaps in need of our
attention and help, of our advice, of our friendship. «Lord, show us the
Father», asks Philip A good request for us to keep on repeating all day long: Lord,
show me your face! We Christians must find that divine something in our daily
chores; God's footprint in all that surrounds us. In our job, in our social
life amongst others, everywhere! Or, when we are sick, too: when we are ill it
is a good time for us to identify ourselves with a suffering Christ. As St.
Therese of the Child Jesus said, «if we do not decide ourselves to swallow once
and for all our death and our lack of health, we shall never do anything» • AE
…
Desde que el hombre puebla la tierra en su corazón está el deseo
profundísimo (sic) de ver a Dios, ver al que nos ve. Felipe, en el evangelio de
hoy, también le dice a Jesús: "Muéstranos al Padre, muéstranos a
Dios". La respuesta del Señor es sorprendente: "Quien me ha visto a
mí ha visto al Padre, ha visto a Dios". Y es que Dios no es algo que está
arriba, ni abajo. Está entre los hombres. Tiene un nombre: se llama Jesús. Es
un judío de Galilea, no de Arabia. Jesús es el rostro del Padre, la imagen
acabada del Padre. Está entre nosotros, acompaña nuestra existencia, vela por
nuestra vida, tiene compasión de los enfermos, atiende a los pobres. Sus
predilectos son los excluidos, los pecadores, los menospreciados de la
sociedad. Va en busca de la oveja descarriada a la que trae sobre los hombros.
Jesús, el rostro del Padre, nos da esperanza a los humanos de que un día,
después de haber llenado nuestra vida de humanidad en esta tierra, se nos
regalará la inmortalidad en la patria. Jesús estaba haciendo visible a Dios. Hoy
nos preguntamos dónde está Dios. Está allí donde hay hombre y mujeres que
tienen la mirada limpia y el corazón pacífico para acoger a sus semejantes,
allí donde hay alguien de nuestro barro y de nuestra carne que ama y se adentra
por un camino que le puede costar la existencia a favor de sus hermanos, allí
donde existen personas que no se preocupan del mañana porque a cada día le
basta su afán y viven en las manos de Dios con la despreocupación de los lirios
del campo y de los pájaros del cielo, allí está Dios. Dios anda entre los
pucheros, decía Santa Teresa. Dios anda entre las cosas de esta vida. No, Dios
no guarda silencio. Dios está hablando constantemente. Otra cosa es que estemos sordos y no le oigamos. ¿Lo oyes tú? ¿Lo ves tú? • AE
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