Rembrandt V. Rijn, Judas and the thirty pieces of silver (1639), Mulgrave castle collection.
Today
we can contemplate Jesus in the darkness of His Passion days, and Judas, the
traitor apostle. With his heart, full of evil intentions he is seeking to
dissimulate, trying to cover up the greediness that rules and blinds him. And also,
we consider Peter. Everything in him is good will, love, generosity,
simplicity, nobility... He is Judas' counterpoint. It is true that three times
Peter denied Jesus, but his intentions were not mean; he just did it out of
cowardice and human feebleness. «He denied him for the third time, and when
Jesus Christ looks at him, he immediately cried, and bitterly he cried», Saint
Ambrose use to say. Peter's remorse and repentance was sincere as shown by his
excruciating pain full of love. This is why, Jesus afterwards, reaffirmed him
in the vocation and in the mission, He had prepared for him • AE
...
Es difícil llegar a comprender la
profundidad de los sentimientos de Jesús en vísperas de su muerte ¡Quién puede asomarse al brocal de ése pozo tan profundo! Y es también difícil llegar a saber qué pudo sentir su corazón cuando al hecho
inexorable de su muerte se añadía la tristeza de la traición de los propios
compañeros. Es fácil que el corazón naufrague cuando se le añade amargura
sobre amargura. El grupo de Jesús iba a quedar golpeado por la ausencia del Maestro, y a esto se iba a añadir la permanente posibilidad de la
traición de los discípulos. Aun con todo, Jesús no excluye a nadie. La traición no es
solamente una actitud de Judas; lo es también de los llamados discípulos
fieles. La traición puede anidar en el alma de todos. Conviene no olvidarlo. Y Jesús no pierde el
ánimo. En la iglesia de Jesús hay que
acostumbrarse a vivir con la posibilidad de la traición a Jesús, y al evangelio; convencidos de que todos somos capaces de todos los horrores y errores, como solía decir San Josemaría Escrivá. Si lleguemos a olvidarnos de la justicia, de la misericordia,
del perdón, de los oprimidos y marginados... no nos
extrañemos de que la traición esté rondando nuestra propia casa, echando raíces en nuestro interior. Atención • AE
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