La Natividad de la Santisima Virgen María (2019)



The Catholic Church celebrates on September 8, nine months after the December 8 celebration of her Immaculate Conception, the birth of the Blessed Virgin Mary. The circumstances of the Virgin Mary's infancy and early life are not directly recorded in the Bible, but other documents and traditions describing the circumstances of her birth are cited by some of the earliest Christian writers from the first centuries of the Church. These accounts, although not considered authoritative in the same manner as the Bible, outline some of the Church's traditional beliefs about the birth of Mary. The “Protoevangelium of James,” which was probably put into its final written form in the early second century, describes Mary's father Joachim as a wealthy member of one of the Twelve Tribes of Israel.  Joachim and Anne began to devote themselves extensively and rigorously to prayer and fasting, initially wondering whether their inability to conceive a child might signify God's displeasure with them. As it turned out, however, the couple were to be blessed even more abundantly than Abraham and Sarah, as an angel revealed to Anne when he appeared to her and prophesied that all generations would honor their future child: “The Lord has heard your prayer, and you shall conceive, and shall bring forth, and your seed shall be spoken of in all the world.” Saint Augustine described the birth of the Blessed Virgin Mary as an event of cosmic and historic significance, and an appropriate prelude to the birth of Jesus Christ. “She is the flower of the field from whom bloomed the precious lily of the valley,” he said. The fourth-century bishop, whose theology profoundly shaped the Western Church's understanding of sin and human nature, affirmed that “through her birth, the nature inherited from our first parents is changed." • 


La celebración de la fiesta de la Natividad de la Santísima Virgen María, es conocida en Oriente desde el siglo VI. Fue fijada el 8 de septiembre, día con el que se abre el año litúrgico bizantino, el cual se cierra con la Dormición, en agosto. En Occidente fue introducida hacia el siglo VII y era celebrada con una procesión-letanía, que terminaba en la Basílica de Santa María la Mayor El Evangelio no nos da datos del nacimiento de María, pero hay varias tradiciones. Algunas, considerando a María descendiente de David, señalan su nacimiento en Belén. Otra corriente griega y armenia, señala Nazareth como cuna de María. Sin embargo, ya en el siglo V existía en Jerusalén el santuario mariano situado junto a los restos de la piscina Probática, o sea, de las ovejas. Debajo de la hermosa iglesia románica, levantada por los cruzados, que aún existe -la Basílica de Santa Ana- se hallan los restos de una basílica bizantina y unas criptas excavadas en la roca que parecen haber formado parte de una vivienda que se ha considerado como la casa natal de la Virgen. La fiesta tiene la alegría de un anuncio premesiánico. La homilía que pronunció San Juan Damasceno (675-749) un 8 de septiembre en la Basílica de Santa Ana, es hermosísima:  "¡Ea, pueblos todos, hombres de cualquier raza y lugar, de cualquier época y condición, celebremos con alegría la fiesta natalicia del gozo de todo el Universo. Tenemos razones muy válidas para honrar el nacimiento de la Madre de Dios, por medio de la cual todo el género humano ha sido restaurado y la tristeza de la primera madre, Eva, se ha transformado en gozo. Ésta escuchó la sentencia divina: parirás con dolor. A María, por el contrario, se le dijo: Alégrate, ¡llena de gracia! ¡Oh feliz pareja, Joaquín y Ana, a ustedes está obligada toda la creación! Por medio de ustedes, en efecto, la creación ofreció al Creador el mejor de todos los dones, o sea, aquella augusta Madre, la única que fue digna del Creador. ¡Oh felices entrañas de Joaquín, de las que provino una descendencia absolutamente sin mancha! ¡Oh seno glorioso de Ana, en el que poco a poco fue creciendo y desarrollándose una niña completamente pura, y, después que estuvo formada, fue dada a luz! Hoy emprende su ruta la que es puerta divina de la virginidad. De Ella y por medio de Ella, Dios, que está por encima de todo cuanto existe, se hace presente en el mundo corporalmente. Sirviéndose de Ella, Dios descendió sin experimentar ninguna mutación, o, mejor dicho, por su benévola condescendencia apareció en la Tierra y convivió con los hombres" •
 

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