En todo sencillez (XXIII Domingo del Tiempo Ordinario)



De nuestro padre san Francisco se cuentan historias simplemente maravillosas. Una de esas relata cómo uno de sus frailes le pidió permiso para tener como suyo un salterio. El Poverello le contestó: "Cuando tengas el salterio, querrás un breviario. Y cuando tengas el breviario, te sentarás en tu sillón como un gran prelado y dirás a un hermano tuyo: 'Oye tú: tráeme mi breviario'. Pues eso. Detachment. A propósito del evangelio de éste domingo • AE

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