Georges de La Tour, 1642-1644, Magdalena penitente,
Óleo sobre lienzo (128
x 94 cm), Museo del Louvre (París).
Cuando al comienzo de la Cuaresma pensamos que es buen momento para cambiar
el corazón, quizá nos sirva aquello que decía Fray Luis de Granada y entonces
matemos tres pájaros de un tiro en los 40 días que tenemos por delante. Decía
el dominico que habríamos tener un corazón de hijo para con Dios, un corazón de
madre para con los demás y un corazón de juez para consigo mismo. La realidad
es que lo tenemos todo reborujado #alrevésvolteado, como decimos en
Aguascalientes: tenemos un corazón de siervo para con Dios, uno de juez para
con los demás y uno de madre para con nosotros mismos. Por mucho que le llamemos
Padre, la verdad es que acudimos a Dios con desconfianza, con temor y con muchas exigencias. Hoy podríamos pedir al Señor
que nos cambie, que nos haga sentirnos gozosos y confiados en su presencia, que
seamos capaces de ponernos en sus manos incondicionalmente. Que tengamos un corazón
de niño ante su Padre, que no le exige nada, que no le regatea nada. Un corazón
que se siente inundado en cada momento
por un amor poderoso y gratuito. En cuanto a nuestro corazón de juez ¡Cuánto nos
complace ver el lado negativo de los
demás! Los miramos fríamente y desde lejos, todo con lupa. Decimos que
lo mejor es pensar mal. Repartimos premios y castigos y lejos estamos de tener
un corazón de madre. Ellas lo comprenden todo, porque aman. Tienen una
paciencia infinita, porque esperan. Es sin
duda el corazón que más se parece al de Dios. Si tuviéramos un corazón de madre
para los demás, las relaciones humanas serían comprensivas y cálidas, nos
sentiríamos más seguros los unos de los otros y no habría necesidad de mentir. Si por último nos exigimos un poco
más a nosotros mismos y al mismo tiempo aprendemos a comprendernos, a valorarnos
y perdonarnos como el Señor lo hace quizá no estemos tan lejos de esa
conversión del corazón a la que sin duda tanto nos sentimos llamados • AE
No hay comentarios:
Publicar un comentario