Una generación pondera tus obras a la otra
y le cuenta tus hazañas (Sal 145)
Pienso con frecuencia en el vacío generacional. Y hoy, al contemplar la
historia de tu Pueblo, sus tradiciones, su oración en público y el cantar de
tus salmos, pienso en el vínculo generacional. Una generación instruye a la
siguiente, pasa el testigo, entrega creencias y ritos, y el pueblo entero,
viejos y jóvenes, reza al unísono, en concierto de continuidad, a través de las
arenas del desierto de la vida. La historia nos une. Tus salmos, Señor, más que
ninguna otra oración nos unen, nos enseñan, nos hacen vivir la herencia de
siglos en la exactitud del presente.
Alaban ellos la gloria de tu
majestad,
y yo repito tus maravillas;
encarecen ellos tus temibles proezas,
y
yo narro tus grandes acciones.
Diálogo en la plegaria de
dos generaciones.
Que el rezo de tus salmos sea lazo de unión en tu Pueblo, Señor • Carlos
G. Vallés, Busco tu rostro. Orar con los Salmos, Ed. Paulinas- Sal Terrae,
Santander 1989, p. 262.
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