S. Beham, Cristo y la Samaritana,
grabado sobre
papel, National Gallery of Art (Washington).
...
Cuando iba al pozo por agua
a la vera del brocal
hallé a mi Dicha sentada.
Samaritana:
¿dónde están los ungüentillos
de nardos que te aromaban?
¿dónde la linda sortija
y dónde las arracadas?
¿dónde los cinco maridos
que tu amor enamoraban?
Hallé mi Dicha sentada
a la vera del brocal,
cuando iba al pozo por agua.
¡Ay, samaritana mía.
si tú me dieras del agua
que bebistes aquel día!
Torna el cántaro y ve al pozo:
no me pidas a mí el agua,
que a la vera del brocal
la Dicha sigue sentada •
J. M. Pemán
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