Rembrandt Harmenszoon van Rijn, El hijo pródigo,
tinta sobre papel, Teylers Museum (Holanda)
...
Sabemos que cada vez que nos arrepentimos el amor se renueva y crece.
Pero ¿Qué es el arrepentimiento? Pues hay una clase de arrepentimiento, de este
mundo, que nos hunde en una pena mayor aún, nos hace quejumbrosos, y nos
sumerge en la duda. Este tipo de arrepentimiento se atasca en la miseria y no
conduce a nada. En cambio, el arrepentimiento que viene de Dios es
completamente diferente. Porque, no contentos con nosotros mismos, nos elevamos
por fin a Dios y damos la espalda a todo pecado, con voluntad firme.
Dirigiéndonos a Dios, encontramos certeza, y el calor de un gozo espiritual que
nos eleva sobre todas nuestras miserias y nos une con Dios. Y cuanto más
débiles somos, cuanto más hayamos pecado, más nos sentimos urgidos a unirnos a
Dios en amor puro. Mucha gente piensa que para mostrar su dolor por los
pecados, tienen que hacer cosas extraordinarias, como ayunos, caminar
descalzos, y otras cosas parecidas. La mejor penitencia, sin embargo, es
apartarse de todo lo que no es Dios ni de Dios, ya se encuentre en tí, o en
otra persona o cosa. El verdadero arrepentimiento es acercarse a Dios con amor,
afrontando honradamene lo que se ha hecho. Elige tu propio modo de hacer esto,
y descubre que, cuanto más lo haces, más sincero será tu arrepentimiento. La conversión
verdadera es semejante a lo que sucede con la pasión del Señor; cuanto más la
imites, más desaparecerán tus pecados • Maestro Eckhart (John Kirvan es el
editor de un pequeño libro editado por San Pablo, dentro de un colección
dedicada a proponer textos para la meditación diaria de grandes maestros
espirituales. Los textos de esta entrada y de otras que aparecerán pertenecen a
"Que puedas tener vida. Deja que los místicos te guíen en la
Cuaresma", 2002)
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