Estaba
María al alba,
llamándole
con sus lágrimas.
Vino
la Gloria del Padre
y
amaneció el primer día.
Envuelto
en la blanca túnica
de
su propia luz divina,
la
sábana de la muerte
dejada
en tumba vacía ,
Jesús
alzado reinaba,
pero
ella no lo veía.
Estaba
María al alba,
la
fiel esposa que aguarda.
Mueva
el Espíritu el aura
en
el jardín de la vida.
Las
flores huelan la Pascua
de
la carne sin mancilla,
y
quede quieta la esposa
sin
preguntas ni fatiga.
¡Ya
está delante el esposo,
venido
de la colina!
Estaba
María al alba,
porque
era la enamorada.
"¡María!",
la voz amada.
"¡Rabbuní!",
dice María.
El
amor se hizo un abrazo
junto
a las plantas benditas;
las
llagas glorificadas
ríos
de fuego y delicia;
Jesús,
Esposo divino,
María,
esposa cautiva.
Estaba
María al alba,
con
una unción preparada.
Jesús
en las azucenas
al
claro del bello día.
En
los brazos del Esposo
La
Iglesia se regocija.
¡Gloria
al señor encontrado,
gloria
al Dios de la alegría,
gloria
al Amor más amado,
gloria
y paz, y Pascua y dicha!
Estaba
María al alba;
es
Pascua en la Iglesia santa.
Amén ¡Aleluya!
Pascua
de 1979.
P.
Rufino Mª Grández, ofmcap.
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