En verdad es justo y
necesario,
es nuestro deber y
salvación,
darte gracias siempre y en
todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.
Y proclamar siempre tus
alabanzas
en los ángeles y arcángeles,
porque el honor que ellos te
tributan
manifiesta tu grandeza y tu
gloria
y, por grande que sea su
esplendor
tú demuestras cuán inmenso
eres,
y que has de ser honrado por
encima
de cualquier creatura,
por Jesucristo, Señor
nuestro.
Por él, te alaba la multitud
de los ángeles,
y nosotros nos unimos a
ellos
para adorarte alegremente
y cantar a una sola voz:
Santo, Santo, Santo
es el Señor,
Dios de universo.
Llenos están el cielo y la
tierra
de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene
en
nombre del Señor
Hosanna en el cielo •
Misal
Romano, Prefacio de los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael.
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