Venid al
huerto, perfumes,
enjugad la
blanca sábana:
en el
tálamo nupcial
el Rey
descansa.
Muertos de
negros sepulcros,
venid a la
tumba santa:
la Vida
espera dormida,
la Iglesia
aguarda.
Llegad al
jardín, creyentes,
tened en
silencio el alma:
ya empiezan
a ver los justos
la noche
clara.
Oh
dolientes de la tierra,
verted aquí
vuestras lágrimas;
en la
gloria de este cuerpo
serán
bañadas.
Salve, cuerpo
cobijado
bajo las
divinas alas,
salve, casa
del Espíritu,
nuestra
morada. Amén
• Himno del
Oficio de Laudes
de la Liturgia de las Horas para el Sábado Santo
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