El pozo de mi alegría


El pozo de mi alegría,
manantial que siempre mana,
eres tú, oh Madre mía,
Iglesia amante guardiana.

Iglesia de Jesucristo,
de fuego en Pentecostés,
en ti está el Verbo que ha visto
en el monte Moisés.

Iglesia, tú eres mi paz,
el perdón de mis pecados;
del Invisible la faz,
hogar de santificados.

Eres mi Pascua florida,
discípula y misionera,
pobre, humilde, agradecida,
de Dios Padre mensajera.

Eres mi casa nativa
en donde quiero vivir,
y de la mesa festiva
todo el amor recibir.

Iglesia, tú eres la herencia,
de Jesús, Dios encarnado,
vocación y convivencia,
banquete del mundo amado.

¡Jesús, el don los dones
gratitud y adoración,
a ti nuestros corazones
con toda la creación! Amén •

P. Rufino María Grández, ofmcap.
(Puebla, 30 mayo 2009)

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