Magnificat anima mea!


Y dijo María: Mi alma engrandece al Señor. (v. 46)

Las cosas buenas deben empezarse por las mujeres; así, no parece ocioso que Isabel vaticine antes que Juan, y María antes del nacimiento del Señor. Además, siendo María más excelsa, su profecía es más plena • Ambrosio, obispo de Milán hasta el 397.


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