¡Digno es el Cordero! (III Domingo de Pascua. Ciclo C)


J. V. Eyck, La Adoración del Cordero Místico (Políptico de Gante), 
óleo sobre tabla (1421), Catedral de San Bavón (Gante, Bélgica).
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También el domingo pasado escuchamos en la segunda de las lecturas un pasaje del Apocalipsis. En aquella visión el apóstol Juan no sólo veía lo que estaba sucediendo sino también lo que iba a suceder en el futuro[1]. En el fragmento de hoy encontramos una bellísima visión de la liturgia del cielo, descrita como nunca antes en toda la Sagrada Escritura. El texto de la segunda lectura de éste tercer domingo de Pascua es una alabanza sublime y eterna en la que participan todos y cada uno de los seres de la creación: los seres angélicos,  el universo entero simbolizado por los cuatro vivientes –cuatro elementos, cuatro estaciones, cuatro puntos cardinales, es decir, el universo sensible- y el universo humano creyente, representado por los veinticuatro ancianos que muy probablemente hacen referencia  a los doce patriarcas del Antiguo Testamento –José, Judá, Isacar, Benjamín, Leví, Neftalí, Gad, Aser, Simeón, Dan, Zabulón, y Rubén- y a los doce apóstoles. En el centro aparecen Dios, sentado en su trono, y el Cordero. El Cordero es Cristo, muerto y resucitado. Es el nombre que tiene las connotaciones de la Pascua, del sacrificio, de la salvación. Su gesto supuso la redención del mundo y por eso es digno de todas las alabanzas, la gloria y el poder. Esta liturgia del cielo es el gran eco de la fe y del sentimiento de la Iglesia, es la respuesta del cielo a la fe de la tierra. Ciertamente no es más que una visión, descrita con palabras humanas, y por tanto pobres, pero es una enseñanza que nos muestra quién es Cristo, cuál es su obra, qué ha merecido y, sobre todo, cuál será nuestro destino[2]. Hoy tenemos delante un momento precioso para renovar nuestra fe en ese Cristo resucitado, vencedor del pecado y de la muerte, para llenar nuestros corazones de esperanza • AE

[1] Cfr. 1, 19; 4, 2.
[2] Cfr. J. M. Vernet, Misa Dominical 1983, p. 8.


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