¡Gracia! (Día de Acción de Gracias del año del Señor del 2018)



Gracias, Señor, por la paz y la alegría, por la unión que los hombres, mis hermanos, me han brindado. Gracias por esos ojos que con ternura y comprensión me miraron, por esa mano oportuna que me levantó. Gracias, Señor por esos labios cuyas palabras y sonrisas me alentaron, por esos oídos que me escucharon, por ese corazón de amistad, cariño y amor que me dieron. Gracias, Señor, por el éxito que me estimuló, por la salud que me sostuvo, por la comodidad y diversión que me descansaron. Gracias también, Señor... me cuesta decírtelo... por la enfermedad, por el fracaso, por la desilusión, por el insulto y el engaño, por la injusticia y soledad, y también por la hermana muerte que visitó mi casa, mi familia. Tú mejor que nadie sabes lo difícil que fue y es aceptarlo;estuve a punto de la desesperación, pero ahora me doy cuenta de que todo esto me acercó más a Ti ¡Tú bien sabes lo que hiciste! Hoy te doy gracias.  Gracias también por la fe que me has dado en Tí y en los demás; por esa fe que se tambaleó, pero que nunca dejaste de sostener cuando, tantas veces encorvado bajo el peso del desánimo, caminé. Gracias por allanar el sendero de la verdad, a pesar de la oscuridad. Gracias, también, por el perdón que tantas veces debería haberte pedido pero que por negligencia y orgullo he callado. Gracias por perdonar mis omisiones, descuidos y olvidos, mi orgullo y vanidad, mi necedad y caprichos, mi silencio y mi excesiva locuacidad. Gracias por tu perdón hacia los prejuicios que tengo hacia mis hermanos, mi falta de alegría y entusiasmo, mi falta de confianza en Ti; mi cobardía y temor al compromiso. Gracias, Señor también por tu bondad y comprensión hacia mi hipocresía y doblez, por hacerme entender que debo cambiar esa apariencia que con tanto esmero cuido y que no es otra cosa que un engaño a mí mismo. Gracias por disculpar esos labios que no sonrieron, por esa palabra que callé y esas manos que no tendí y esa mirada que desvié, esos oídos que no presté, esa verdad que omití y ese corazón que no amé. Esta tarde, en el silencio de mi corazón, en el día de Acción de Gracias, yo te doy gracias Ti, mi Señor y Redentor, por aquellos que no te dan gracias, por los que no imploran de tu ayuda y por los que no te piden perdón, por los que todavía no te conocen. Conserva en mí un corazón agradecido, y en tu bondad y misericordia llena mi vida de esperanza y generosidad • AE

No hay comentarios:

Publicar un comentario