Jesús, mi paz, mi sueño


El Greco (Domenikos Theotokopoulos) El Expolio (c. 1577), 
Sacristía de la catedral de Toledo (España).  
...

Oh fuente de mi huerto
oh pozo de agua viva,
oh fresca y dulce vena
del Líbano venida,
Costado de mi Esposo
que mana por la herida,
oh fuente que yo quiero,
oh fuego de mi vida.

Los labios para el beso:
tu carne sin mancilla
y dentro de tu pecho
tu corazón palpita.
Llegar hasta tu sangre
mi sangre te lo grita;
mis labios ya me duelen
de sed enrojecida.

La sed de tu Costado,
el que una lanza hendía,
oh brecha que al desnudo
tu amor nos descubría;
beber, beberte ansío,
fluyente amor que limpia,
oh copa de la muerte,
oh sorbo de delicias.

Jesús, mi paz, mi sueño,
humanidad cumplida,
camino de la patria,
la senda más sencilla,
en ti, divino Esposo,
el corazón anida,
a ti la Luz, a ti,
los labios y mejillas. Amén •


Residiendo en Jerusalén (Convento Franciscano de La Flagelación, 1984-1987), una humilde religiosa contemplativa, capuchina, me escribía que en Viernes Santo, al adorar la Cruz, se había atrevido a besar el costado de Cristo. ¿No es demasiado atrevimiento?, preguntaba. La respuesta fue este himno, o, más bien, amorosa plegaria de comunión. P. Rufino María Grández, ofmcap, Jerusalén, 1985.

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