¡Este es el Cordero de Dios!


J. F.  Navarrete, "el mudo", El Bautismo de Cristo
(Hacia 1567), Óleo sobre tabla, 48,5 x 37 cm. Museo del Prado (Madrid) 
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Esta pequeña tabla de Navarrete fue presentada a los monjes jerónimos del monasterio de El Escorial y poco después al propio rey, Felipe II. El hecho se suele fechar hacia 1567, momento en que el joven artista riojano había regresado de Italia.  El Bautismo de Cristo es una excelente muestra de la pintura de Juan Fernández Navarrete al ponerse en contacto con Felipe II: huellas flamencas en la percepción del paisaje y los ángeles, y abundante presencia de manierismo romano, con latentes recuerdos de Rafael y Miguel Ángel, palpables también en la concepción, la entonación cromática, fría y agria, y la técnica lamida y prieta. Una pintura, por lo tanto, tan ecléctica como los gustos de Felipe II a comienzos de la segunda mitad del siglo, pero que maduró hacia ciertas formas más pictóricas, plenas de sensual cromatismo y audaz iluminación, gracias al intenso contacto de Navarrete con la cantera escurialense, especialmente Correggio y la pintura veneciana. La pequeña tabla aparece inventariada en El Escorial desde 1574, donde permaneció hasta la invasión francesa, cuando fue llevada a Madrid para formar parte del Museo Josefino. Depositada durante un tiempo en la Academia de San Fernando, llegó al Museo del Prado en 1827. [1]

[1] Ruiz, L. El Greco y la pintura española del Renacimiento. Guía, Museo del Prado, 2001, p. 70.

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